Antipsicóticos y obesidad en jóvenes

26 de julio de 2018

Antipsicóticos y obesidad en jóvenes
Las patologías psiquiátricas, por desgracia aumentan en nuestra juventud.
También conocemos que los tratamientos de pacientes con trastornos psiquiátricos, tienen eficacia solamente en el 60% de los casos, y que son las patologías con menos adherencia al tratamiento.

La mayoría de antipsicóticos tienen como efecto secundario, el aumento de peso.

Este efecto secundario no debe considerarse tan “secundario”, pues lleva asociado un síndrome de resistencia a la insulina y por tanto de diabetes.

Presentamos un estudio muy interesante y bien documentado, realizado en el estado de Missouri en USA, con 144 pacientes entre 6 y 18 años (68% varones) que, por su psicosis con comportamientos agresivos, se decidió tratarlos farmacológicamente.
El seguimiento se hizo entre junio del 2006 y noviembre del 2010 y los datos se han ido continuando y analizando hasta agosto de 2.017.
El 29,9% eran obesos ya en el momento de la primera exploración.
A todos se les hizo una completa exploración clínica, con especial atención al metabolismo de los lípidos en el perfil bioquímico, con pruebas de glucemia y resistencia a la insulina y un electrocardiograma.
Se les midió la masa grasa y masa magra mediante DXA (dual-energy x-ray absorptiometry) y scanning de la grasa abdominal mediante MRI (imágenes por resonancia magnética), al inicio del tratamiento y cada seis meses.
A los 12 meses, el aumento de grasa abdominal fue de un 6,8 % para los tratados con risperidona, 10.73% con olanzapina y 12,0 % con aripiprazol.
Pero más significativos fueron los datos del aumento de la grasa subcutánea. Con olanzapina, fue del 34.27%, risperidona un 18,7% y aripiprazol 15,84%.
Respecto a la sensibilidad a la insulina, ésta descendió de forma muy significativa, en tejido muscular, tejido hepático y tejido graso.

Los autores concluyen que “estos datos atribuibles al tratamiento, pueden asociarse a un mayor riesgo de mortalidad y morbilidad por causas cardiometabólicas».

Por tanto, hay que tener muy presente el riesgo/beneficio del tratamiento en jóvenes, tratados con antipsicóticos.
A pesar de estos datos, cuando es necesario prescribir antipsicóticos, hay que hacerlo, conociendo sus posibles efectos adversos, y procurar aminorarlos corrigiendo hábitos de vida y en su caso, con medicación complementaria.

La reflexión que quiero aportar es la importancia de la elección del antipsicótico y la dosis, hacerla de forma personalizada, teniendo en cuenta los genes del paciente.

Es decir, aplicando los criterios farmacogenéticos. Con ello se consiguen mejores resultados, menos efectos adversos y más adherencia al tratamiento.

También es importante, controlar las interacciones con todos los fármacos que toma el paciente, así como con “hierbas o complementos” que consume, pues sus efectos adversos pueden contribuir a una toxicidad o fracaso terapéutico.

Referente a los fármacos que aparecen en el estudio, recordar que el metabolismo de la risperidona depende de polimorfismos en los genes CYP2D6 y ABCB. La olanzapina del gen CYP1A2 y el aripiprazol del gen CYP2D6 y CYP3A4
Conocer las posibles interacciones, antes de prescribirlos, permite personalizar la dosis o en su caso, descartar el fármaco, o substituirlo por otro que no le cause efectos molestos o adversos, lo que redunda en beneficio del paciente, al evitarle posibles consecuencias no deseadas.
Dr. Juan Sabater-Tobella
Presidente de EUGENOMIC®
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4).
Member of the Pharmacogenomics Research Network.
Member of the International Society of Pharmacogenomics and Outcomes Research
International Delegate of the World Society of Anti-Aging Medicine.

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