Beta-Caroteno y Cáncer

9 de noviembre de 2017

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El beta-Caroteno es uno de los pigmentos presentes en las plantas. Es el que otorga a la fruta y algunas verduras su intenso color amarillo-naranja. El nombre beta-Caroteno deriva de la palabra ‘zanahoria’ en latín. En el organismo se transforma en Vitamina A.

La vitamina A, es esencial para el crecimiento y desarrollo normal, el funcionamiento del sistema inmunitario y la visión.

El beta-Caroteno tiene además propiedades antioxidantes, que pueden ayudar a neutralizar los radicales libres. Dichos radicales libres, pueden dañar los ácidos grasos de las membranas celulares, además del material genético. Como consecuencia, pueden conducir al desarrollo de muchas patologías.
Hay quien dice erróneamente, ya que es tan bueno, “cuánto más mejor”. Y además de hacer una dieta con aporte de Caroteno, toman suplementos. No me canso en repetir, en salud lo bueno es el equilibrio, ni déficit ni el exceso.
Desde el año 1985 el “National Cancer Institute” (USA), lleva a cabo un amplio estudio denominado Alpha-Tocopherol, Beta-Carotene Cancer Prevention (ATBC) Study, que involucra tanto centros de USA como de otros países.
Presento el final de una de las conclusiones del citado estudio que me acaba de remitir el Cancer Therapy Advisor, al que estoy suscrito.
Se trata del seguimiento de 29.133 hombres fumadores, que tenían entre 50 y 69 años cuando se empezó el estudio (en Finlandia entre 1985 y 1988). Hicieron cuatros grupos: 1º. Beta-Caroteno 20 mg/día. 2º. Alfa-Tocoferol (vitamina E) 50 mg/día. 3º. Beta-Caroteno 20 mg/día + alfa-Tocoferol 50 mg/día. 4º. Grupo placebo. Se reportan los datos de un seguimiento específico de 6 años.

Encontraron una mayor incidencia de cáncer de pulmón entre los hombres que recibieron suplementos de beta-Caroteno, en relación al grupo placebo: OR = 1.16. Y los fumadores de más de 20 cigarrillos al día, un OR = 1.25.

El grupo suplementado con beta-Caroteno tuvieron un mayor incidencia (20% más) de cáncer de próstata y estómago en relación al grupo placebo. No hubo diferencias con cáncer colorrectal, de páncreas, tracto urinario e hígado.
En otra parte del mismo estudio, el CARET Sutdy (Carotene and Retinol Efficacy Trial) también en relación a fumadores, evidenciaron que los suplementados con beta-Caroteno (30 mg día) más Vitamina E (25.000 unidades/día), tuvieron un aumento de la incidencia de cáncer de pulmón (OR = 1,28) y la mortalidad por este cáncer fue OR = 1,46, en relación al grupo placebo.
La mortalidad, por todas las causas, fue superior: OR = 1,17, en los que fueron suplementados con beta-Caroteno más Vitamina E, en relación al grupo placebo.

La conclusión es que a los fumadores, no se les debe suplementar con beta-Caroteno, vitamina A y vitamina E, si no son deficitarios de las mismas.

Lo correcto es determinar en sangre sus niveles de vitaminas y, a poder ser con la dieta, mantenerlas en sus niveles normales. Solo suplementar, si con la dieta hay déficit y nunca sobrepasar los niveles de la normalidad.
La imagen del efecto que hacen las vitaminas –y en general la mayoría de lo que se suele tomar como complementos- es una curva en U dentro de unas coordenadas, ordenadas: salud, abscisas: concentración de la vitamina. El intervalo de la base de la U es lo sano.

La carencia de estas vitaminas es perjudicial, y cuanto menos se tome, peor. Pero su exceso también es perjudicial, y cuánto más se toma, también más desfavorable. 

Prescribir lo necesario, ni más ni menos.
Dr. Juan Sabater-Tobella
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network

Presidente de EUGENOMIC®
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